10 de enero de 2011

Troubled mind

Hay tantas cosas sobre las que pudiera bloggear... Digamos que el año empezó intenso y aunque no todas las emociones son lo que se dice "buenas", al menos no he tenido tiempo de aburrirme. Desde lo que se siente cuando te quedas con la impresión de que eres la mitad de algo, hasta la frustración de que, de buenas a primeras, te digan que tus sábados se han jodido y haz de trabajar.

Esto último es lo que más me hace ruido últimamente. Cuando me lo dijeron, por alguna razón vino a mi cabeza un "Nah, ya en serio"... pero no, lo cierto era que de ese momento en adelante había que ir a alguna destilería a platicarles quiénes somos. Debo admitir que la idea no es mala, pero... ¡mis sábados!

Ok, ok... cortaré con eso... Pero con todo y la queja salió algo bueno. Resulta, rebrinca y rebota que, después de todo, los clientes sí están contentos con lo que hago. Lástima que mi jefe nunca está ahí para oír cuando me felicitan ¬¬... pero bueno, al menos me ayuda saber que estoy haciendo algo bien.

Por otro lado, esa misma situación provoca que salga la personalidad de la gente. Es muy curioso cómo cuando están contigo, te dicen que no están de acuerdo con la decisión, pero cuando el grupo crece muestran toda la disposición y juran que no les importa pasar menos tiempo con sus hijos, dejar de ver los partidos de la Premier League, hacer ejercicio o dormir más.

En fin... creo que tengo que poner orden en mi cabeza, pero aún así pienso que este post tiene un par de ideas qué rescatar. Espero las encuentren...

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