26 de marzo de 2011

Los trabajitos...

No es novedad que en los trabajos a uno lo hagan enojar, ¿o sí? No, no lo es, pero hay niveles. O tal vez sólo estoy exagerando (as usual)...

Yo sé que así es la vida y sobre todo el llamado "mundo real", y que la mayoría de los jefes no son lo que nosotros quisiéramos y que de no ser una joda, pues no te pagarían por hacerlo.

El punto es que, por lo que he leído y tweeteado, la gente ya se acostumbró a eso y que ellos mismos aceptan que es una ilusión creer que los empleados y asalariados mexicanos tenemos una vida.... No sé a los demás, pero a mi SÍ me gusta esa "ilusión".

Todo empezó cuando me dijeron que había un evento en sábado a las 3 de la tarde. ¿Perdón?

En realidad todo empezó en enero cuando nos dijeron que iríamos a "escuchar al cliente" los sábados, pero bueno, esa es otra historia... Por alguna extraña razón, los jefes creen que sólo estamos esperando a ver qué se le ocurre a la empresa para organizar un sábado por la tarde, como si no tuviéramos nada que hacer.

¿Pues saben qué? Yo sí tengo, por eso decidí que su evento se podía quedar donde está y que pueden disfrutarlo todo lo que quieran. Ya si el lunes encuentro en mi escritorio una carta de renuncia (que no he escrito yo) pues ni hablar... sabré que hice lo correcto.

Siempre he pensado que el sistema trabajo-descanso de este país es un asco. Trabajamos como esclavos y recibimos un salario bajo (los que no somos jefes) sin mencionar las vacaciones casi nulas. ¿Y qué podemos hacer? Nada. Al primero signo de alebrestación te señalan la puerta y saben perfectamente que están lucrando con tu miedo a perder el empleo.

Sí, sí sí... ya sé... "Deberías estar agradecida de que tienes trabajo", "Hay miles de personas buscando una oportunidad desde hace años"... Lo sé, lo sé... pero eso no justifica que los altos comandos sean una bola de cabrones. #HEDICHO.