28 de mayo de 2008

La que se fue

Laura ya no podía más. O se decidía de una vez o perdía a Javier para siempre. Javier no tenía otra cosa en la cabeza más que irse al Nuevo Mundo. Ella tenía miedo porque sabía que muchos marineros ni siquiera habían podido sobrevivir al viaje. Pero lo que más le aterraba era que si Javier lo conseguía, muy probablemente no lo volvería a ver.

Las veces que se habían visto podían contarse con los dedos de una mano, pero eso había sido más que suficiente. Se conocieron en Sevilla. Ella había ido con su padre porque debía cerrar un negocio y a pesar de su condición de mujer, don Fernando de Rivera confiaba en su intuición. El hombre con el que había que hacer el trato también se había hecho acompañar de su hijo: Javier. El negocio era lento, pero marchaba bien, así que la estancia se prolongó por dos meses.

Dos meses en los que los jóvenes se hicieron amigos y fue así como Laura se enteró de que Javier se iría lejos con el deseo de hacer fortuna, pero no sabía si regresaría. Al final de esos dos meses, Laura no sabía si Javier la quería o por lo menos si la consideraba su amiga, sin embargo ella tenía tantas cosas que decirle…

Se acercaba el día de su partida y la muchacha no hacía nada más que estrujarse los encajes del vestido. Su aya, mujer que de esos males conocía bastante, le dijo que si tan mal la ponía la situación debería ir y contarle todo a Javier pero a Laura le faltaba el valor. No se volvió a tocar el tema, pero cuanto más cercana estaba la fecha la joven estaba peor. Algo le quitaba las fuerzas, la vida se le iba rápidamente y nadie sabía por qué.

Ya ni siquiera podía hablar, así que la aya intentó una última cosa. Entró a su recámara y sin decir una palabra le preparó su secreter. Ambas sabían lo que tenían que hacer, así que la mujer ayudó a Laura a levantarse y la sentó en la pesada silla de roble, luego salió de la habitación. Después de un rato llamó a la puerta pero no hubo respuesta. Entró y sintió pena por la delicada figura que yacía en el suelo, pero aún así tomó las hojas que estaban ahí; la tinta ya estaba seca, ¿hace cuánto las había terminado?

Las dobló cuidadosamente y las guardó en su delantal. No había tiempo de ponerlas en un sobre. Salió de la casa y se dirigió donde la familia de Javier. Ahí le dijeron que el joven ya se había ido pero no les dijo a qué puerto alegando que si lo hacía tratarían de detenerlo. Salió de la casa frustrada y sintiendo algo de ira hacia ese muchacho, pero en cuanto cruzaba la puerta apareció Francisco, el mejor amigo de Javier. Esa era su última esperanza.

Le dio lo que había escrito Laura y regresó a la casa. Francisco alcanzó a Javier cuando se subía al barco y le entregó las hojas.

Tengo dos opciones: olvidarte o entregarme a lo que siento por ti… Me tienes a tus pies y no me estoy esforzando en evitarlo… Haces que todo en mi cambie de posición y la sangre se me vaya a los pies, mi mente deje de funcionar correctamente, mi corazón deje de latir por momentos, el calor abandone la totalidad de mi cuerpo, que mis ojos se queden en tu sonrisa, que mis manos dejen de responder y mi alma se pierda en medio del océano, pues no alcanza a llegar hasta ti… Duermo acariciando tu imagen e imaginando todas esas cosas que nunca serán para mí. Si tan sólo tú supieras que yo por ti lo haría todo… Son cosas que no puedes ver. Son cosas que me gustaría hacerte saber, pero no puedo. Tal vez sólo en mis sueños…

Eso fue lo único que Javier leyó de lo que le entregaron. Miró hacia el barco. Alguien le devolvía la mirada desde la cubierta, y una a una dejó caer las finas hojas al agua salada.

24 de mayo de 2008

Sin título...

"Ignorance is bliss".

Así de simple.

¿Cuántas veces hacemos preguntas de las cuales tememos la respuesta? ¿Cuántas veces nos gana la curiosidad? Cuando haya una voz dentro de tu ser que te diga: "En serio, no quieres saber". ¡Escúchala!

11 de mayo de 2008

De mis favoritos...

RÉZAME

Pablo Mora

Rézame / Embrújame / Céntrame / Tómame / Levántame / Madrúgame / Canélame / Entrebáilame / Tenme / Entiémpame / Entrepiérname / Envuélveme / Pubísame / Aprisióname / Elígeme / Tempráname / Encandílame / Claréame / Llévame / Llámame / Cállame / Diferénciame / Recórreme / Distíngueme / Enyémame / Enjuévame / Ábreme / Recíbeme / Átame / Desátame / Persígueme / Arrópame / Suspírame / Ladérame / Agítame / Nicotíname / Acósame / Dientéame / Resucítame / Circúlame / Madérame / Esperánzame / Acúname / Vientréame / Siénteme / Encímame / Enséñame / Ensiéname / Líbrame / Galópame / Azúlame / Hembréame / Hermáname / Mañáname / Espíname / Acéchame / Hamácame / Amárrame / Amásame / Ensélvame / Enrédame / Abrílame / Lámeme / Alméame / Enciéndeme / Saetéame / Estoquéame / Insómniame / Enllúviame / Alégrame / Emborráscame / Ventáname / Enhójame / Deshójame / Enrámame / Ármame / Desálmame / Amórame / Achíname / Enchíname / Enlúname / Endiósame / Resábiame / Aguitárrame / Astíllame / Ampárame / Enrúmbame / Embálame / Erámame/ Recórreme / Empalágame / Enmúgrame / Encuéntrame / Enlúchame / Encúbreme / Estréllame / Asómbrame / Desgárrame / Enguérrame / Siénteme / Arrodíllame / Sujétame / Corcélame / Cabálgame / Revélame / Aquiétame / Afírmame / Enceguéceme / Marinéame / Rásgame / Arrincóname / Enzaguáname / Aléjame / Azuléjame / Azafráname / Luciernágame / Castáñame / Coróname / Corazóname / Espárceme / Arbólame / Puéblame / Algazárame / Avelláname / Alborózame / Conténtame / Camíname / Gózame / Estrújame / Ultrájame / Bullaranguéame / Desgárrame / Esperánzame / Golpéame / Lacérame / Quémame / Arómame / Guerréame / Fréname / Desenfréname / Acentúame / Extenúame / Persígname / Apresúrame / Jardinéame / Solápame / Endiósame / Endiáblame / Cascájame / Despiértame / Encántame / Hechízame / Solicítame / Necesítame / Neblíname / Échame / Deséchame / Entiérrame / Destiérrame / Desentiérrame.

3 de mayo de 2008

¡En la madre... Naturaleza!


Ouch! Es lo único que viene a mi mente en este momento jajaja... No, no tuve un ensayo maratónico ni me agarraron a palos ni nada parecido: fui a Chipinque*.

Sí, yo sé que puede parecer lo más normal del mundo para algunos, pero aquí su servidora no tiene condición física, sin mencionar que es muy, pero muy torpe cuando de naturaleza se trata jajaja, lo cual es frustrante a veces porque me gusta mucho estar en ese tipo de lugares... que salga de una sola pieza de ellos, ahí sí ya es otra cosa.

Todo empezó un poco después de las 9:00 am cuando una de mis super amigas, Carla, y su novio, David, pasaron por mi y quién sabe qué cara habremos traído las dos porque el muchacho volteaba a vernos y nos preguntaba si íbamos asustadas. En esos casos, cuando la respuesta que pasa por tu mente es "en realidad no sé ni a lo que voy", sólo queda aplicar la máxima de "asiente y sonríe".

Llegamos al tan célebre lugar y todo era lindo y hasta corrimos con suerte porque el día estuvo nubladito, bastante agradable a decir verdad. Empezamos a caminar de buen ánimo aunque mi amiga tenía más que nada cara de resignación jajaja. Primera vereda: muchas escaleras... estuvo pesadita porque está empinada, pero sobrevivimos, claro que a la mitad ya estábamos como sopas por el calor y el ejercicio jajaja pero bueno... seguimos. Segunda vereda: más larga que la primera, más larga, más larga... sobre todo por esas partes con escaleras... iba ya bien bofeada a la mitad jajaja pero bueno, si eso me tiraba, el orgullo me levantaba y seguía, aparte de que sí quería llegar hasta arriba, pues quién sabe cuándo podría ir de nuevo. Tercera vereda: bastante leve, hasta eso... lo mejor fue cuando descansamos en el pastito ese artificial que hay en la ¿meseta? (sí, creo que así dijo David que se llamaba).

Y ahora de bajada... A mi definitivamente se me salió lo nena (que, en efecto, soy, jajaja) y sugerí bajar por el camino, si no, era un hecho que iba a bajar rodando por las veredas y que más de una vez iba a saludar a las hormiguitas y demás bichitos del suelo. Como Carla me apoyó ps no hubo de otra más que volver por ahí. Dimos una rodeadota pero por lo menos los tres bajamos enteros. Para cuando llegamos al carro, ya traíamos la lengua de corbata, nuestras tripas platicaban entre sí y con un cansancio que para qué les cuento, pero la verdad es que valió la pena; el lugar está bello y la vista es muy buena, además de que allá arriba no hace tanto calor jajaja.

Saldo: cansancio... mucho; dolor... pues así se las pongo: me duele TODO el cuerpo cuando me siento, me acuesto, me levanto, y me río; un comentario haciendo referencia a que casi no salimos y que nos hace falta convivir más con la naturaleza... en resumen: dejé el stress y la tensión allá arriba junto con un pedazo de mi conciencia que fue robado por las ardillitas (vayan ustedes a saber qué están haciendo con él).

Conclusión: ¿Lo volvería a hacer? Definitivamente.

ale die hexe

*Chipinque: Es un parque que está en una zona bastance nice de Monterrey, básicamente el chiste del lugar es subir la montañita por las veredas, disfrutar el paisaje y ver a los animalitos que hay por ahí.