25 de junio de 2011

Agradable compañía

Tengo un par de temas pendientes, pero creo que antes de eso me gustaría hacerles algunas preguntas.

¿Qué tan difícil puede ser convivir con desconocidos? ¿Hasta qué punto es suficiente la cortesía? ¿Qué tan tolerable es... o más bien qué tan correcto es hablar con toda clase de albures, palabras altisonantes, etc. en presencia de gente que no conoces incluyendo mujeres? ¿Se justifica abusar de la generosidad de la gente? ¿Es válido hacer esto sólo porque perteneces a los medios de comunicación más importantes a nivel nacional?

Estoy consciente de que nadie es monedita de oro, pero hay niveles. Una de estas personas me preguntaba qué pensaba de la prensa en ese momento. Yo contesté "decepción". No sé si lo habrán captado debido al estado en el que se encontraban, pero... discúlpenme pero ya no aguantaba más.

La experiencia que tuve estos días me ha hecho preguntarme si para llegar a donde están ellos, hay que ser así o si el mismo oficio te lleva a ser así. Inmediatamente me respondí que no, que no lo sabía y que realmente no quería saber. Si es así, creo que debo considerar cambiar de actividad.

Sé que puede sonar exagerado y que parece que me paso de inocente o tonta si quieren, pero créanme, fue un gran shock. Por cierto, agradezco a los compañeros que me apoyaron con esta visita (infinitamente).

En fin, me hizo reflexionar sobre quiénes están formando la opinión de la sociedad mexicana. Se supone que tienen estudio, que leen, que han viajado, que tienen un nivel intelectual "superior" al del resto de la población. Ellos son nuestra conexión, nuestro canal y nuestro medio de comunicación con el gobierno y con la comunidad internacional. Ellos nos informan y gracias a ellos sabemos que pasa en nuestro entorno... Entonces, ¿qué clase de personas estamos dejando que hagan estas tareas?

Los medios nos exhortan a levantar la voz, a expresarnos, a protestar y a exigir, pero creo que también debemos hacer lo mismo con ellos... creo que será interesante saber cómo reaccionarán cuando lo hagamos.