A menos claro que el fin del mundo sea a la hora del Pacífico y entonces sí, a disfrutar de una hora más de la vida como la conocemos... Nah... La verdad no creo... Quién sabe de cuál se habrá fumado don Harold Camping para decir que hoy 21 de mayo de 2011 era el fin del mundo, pero será interesante saber qué dirá ahora que... ejem... nada pasó.
Ciertamente este señor no tuvo tanto impacto con las profecías mayas, que desde hace un par de años han causado controversia. Queramos o no el fin de los tiempos siempre ha sido un tema que provoca curiosidad, morbo, burla e incluso miedo. Creo que más que creer en el octogenario neoyorquino o en las predicciones de la extinta civilización, la mayoría queremos saber si algo realmente va a pasar.
No, no me refiero a si va a ocurrir un cataclismo de proporciones olímpicas, sino a algo... ¿realmente va a cambiar algo? Vivimos en un mundo tan caótico, tan revuelto y en algunos sentidos tan decadente que en el fondo la gente quiere que "pase algo" para bien o para mal. ¿Realmente entraremos a ese nuevo orden en el que las cosas serán mejores o, efectivamente, se estrellará un asteroide que nos extinguirá como a los dinosaurios?
Queda comprobado que nadie lo sabe...
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