23 de marzo de 2009

Sí, sí, sí... Ya sé que he tenido esto muy abandonado, pero no sabía qué escribir. Bueno más bien no sabía qué escoger de toda esa maraña de pensamientos que dan vueltas en mi cabeza.

Estoy segura que les ha pasado. Se supone que es un blog y cada quien es libre de escribir lo que se le venga en gana, pero luego nunca falta el que se siente aludido, se pone de pechito y se le paran las pestañas. No que realmente me importe pero luego se empiezan a hacer ideas sobre una que nada que ver. Y bastante tengo con lo que yo misma pienso de mi.

21 de marzo

No, no lo estoy poniendo porque sea el aniversario de Benito Juárez ni tampoco porque hubo puente. El 21 de marzo es el día internacional de la poesía. Aunque no lo crean me gusta, sobre todo la latinoamericana (gracias tú por enseñarme a apreciarla)... El punto es que pondré otro de mis favoritos...

Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de
fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me
receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, mi es poco, es bastante. En una
semana se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego. Te voy a calentar con esa
hoguera del amor quemado. Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor están están entre dos
gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú saber cómo te digo que
te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame
agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"... Entre
las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te
quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del
tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No
sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para
entender las cosas. Porque esto es muy parecido a
estar saliendo de un manicomio para entrar a un
panteón.

Jaime Sabines